Conde Luna huele a leña y mar.
Una carne o un pescado asado en nuestra parrilla de leña, un arroz o un guiso de cuchara. Nos sentamos en Mataleñas, al borde del mar, y disfrutamos de nuestra comida al aire libre, sin etiquetas, sin prisas, entre risas y un vino fresco y sencillo.
La vida hay que disfrutarla así, como viene, disfrutando cada momento con los nuestros.
Un viaje diferente para cada momento del día, para cada estado de ánimo, para cada paladar. El sabor de Cantabria y la esencia de la cultura gastronómica española se unen en nuestro camino.
Conde Luna huele a leña y mar.
Una carne o un pescado asado en nuestra parrilla de leña, un arroz o un guiso de cuchara. Nos sentamos en Mataleñas, al borde del mar, y disfrutamos de nuestra comida al aire libre, sin etiquetas, sin prisas, entre risas y un vino fresco y sencillo.
La vida hay que disfrutarla así, como viene, disfrutando cada momento con los nuestros.
Un viaje diferente para cada momento del día, para cada estado de ánimo, para cada paladar. El sabor de Cantabria y la esencia de la cultura gastronómica española se unen en nuestro camino.